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Algo se mueve en Rusia

16 Agosto - 2023
algo se mueve en rusia

La antigua URSS Implosionó con Gorbachov. Occidente vio al caer el telón de acero como fruta madura que la desintegración pacífica de un imperio podía reportarle medida en términos de distensión en el enfrentamiento político y económico. Nada más lejos de la realidad, pues no era posible el tránsito de un imperio basado en la corrupción, el miedo y la respuesta violenta a posiciones de cooperación en el marco del escenario occidental. Violencia que se manifestó en clave interna primero y externa después, paralelamente al establecimiento de unas élites que coparon el escenario económico mientras trataban en paralelo de recuperar influencia política global en clave externa.

Occidente se ha beneficiado de ese tránsito imposible, mediante la compra de energía barata rusa, mirando para otro lado ante la violencia interna y mientras la externa quedaba lejos. Ahí están los escenarios de Chechenia y Siria. Pero la invasión de Crimea, antesala de la de Ucrania, fue un punto de inflexión y un error estratégico en la respuesta occidental, que prefirió mirar para otro lado, mientras se beneficiaba económicamente - Alemania, sobre todo -, a través de la compra de energía barata, que permitió entre otras cosas, el milagro Dragui.

De aquellos barros - invasión de Crimea por Rusia sin respuesta occidental -, estos lodos - la invasión de Ucrania - y aquí occidente se puso serio y con cautela, con un Putin descontrolado y con la amenaza nuclear como opción remota pero posible, sobre todo en el uso de armas nucleares tácticas. Cuando el desarrollo de los acontecimientos desemboca en la cautela y el miedo, en términos históricos implica que el desenlace depende de quién lo provoca.

La respuesta occidental a la invasión rusa de Ucrania ha sido medida y eficaz en términos militares y económicos, lo que a su vez ha desencadenado una división interna que aflora en la rebelión de Wagner. ¿Principio del fin?. No lo sabemos. Habría que preguntarse: ¿de qué?. Y aquí se abren dos escenarios: principio del fin de la invasión rusa de Ucrania, principio del fin del modelo Estado ruso en clave interna o de ambas cosas a la vez. Es difícil pensar que el movimiento de Wagner se haya iniciado sin apoyos importantes de parte de las élites rusas y del ejército, lo que implicaría un riesgo real  para la prevalencia de Putin en la cúspide del poder ruso.

Las fake news son posteriores a la desinformación provocada por el estado ruso. Me inclino a pensar que quizá este movimiento es la argumentación de una salida de Ucrania por parte de Rusia que podrá vender un relato a la opinión pública internacional justificando que es prioritario atender sus asuntos internos. Si así fuese, podríamos estar en la antesala de una negociación sobre Crimea y el Donbás, en la que la generosidad y visión a largo plazo de occidente permitieran una vuelta a la situación previa al inicio de la invasión rusa de Ucrania.

De no ser así, y la realidad interna de Rusia pudiese aventurar riesgos de enfrentamientos entre las élites rusas o una menos probable guerra civil, estaríamos ante una situación de grave riesgo para occidente. Esa derivada en clave hacia el exterior de la política militar rusa - que no económica (Rusia tiene el mismo PIB que Brasil) - es impredecible en términos de riesgo en cuanto a expansión militar.

Todo ha pasado a depender de los movimientos en clave interna de Rusia, que son los que determinarán sus élites económicas. El tránsito pacífico o no y las consecuencias para occidente determinarán su respuesta. Algo se mueve en Rusia con resultado impredecible, para bien o para mal.

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